81 x 65,5 cm
Guayaquil (1947) Completa el grupo de los grandes pintores guayaquileños del feísmo, llegamos muy pronto a lo mágico. Ya para 1970 sus figuras -de rasgos feístas- se sumergen en un mundo mágico de entraña americana. Viaja a París (1974) y se queda allí. Hace inquieta obra experimental de respuesta a incitaciones europeas -colages con carteles arrancados del metro-, pero sobre aquello flotan sus pájaros mágicos. Es el amerindio imponiendo su sello mágico-mítico sobre los mensajes de la sociedad de consumo.
Termina pintando, en óleos de excelente factura, fastuosos pájaros -que recuerdan formas de Lam- y otras extrañas criaturas. Y hace un dibujo de vigoroso grotesco y un grabado de sutiles calidades. Hace su arribo a lo mágico sin perder nunca empaque feísta...
Fuente: Hernán Rodríguez Castelo, "Panorama del Arte", Biblioteca Ecuatoriana de la Familia, No. 9, Ministerio de Educación y Cultura del Ecuador, Edit. Corporación Editora Nacional, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Editorial El Conejo
No hay comentarios:
Publicar un comentario